¿Algún meme que estés usando últimamente?

No sé si es un meme en sí, pero llevo casi un mes pegado con la frase de la señora “no soy material de los weones”. Creo honestamente que es una de las últimas frases de empoderamiento que me hacen mucho sentido. Es la mejor respuesta cuando intentan engatusarte, y te atreves a responder con un “no”. En tu mente suena “no soy material de los weones”. O si estás cenando pizza con tu mejor amiga, le dices después…”no soy material de los weones”. Simplemente fantástico, gracias señora del “no soy material de los weones”.

¿Por qué Missing Pieces / Macho?

Macho es una canción sobre una herida interna de mi infancia y Missing Pieces es sobre sanar tus heridas. Cuando empecé a producir Missing Pieces en 2019, quería grabar un álbum de 12 canciones en inglés, que incluía Macho y Wanna Die Dancing, con una mirada sobre la masculinidad. Ya había terminado de componer las canciones y quería empezar a producirlas; pero un día estaba en Reñaca sobre una roca viendo lobos marinos en pleno estallido social y creí que no era correcto, como humano, producir un álbum “debut” en inglés, así que de regreso me fui pensando sobre qué podía cantar. Además, estaba a dos meses de estrenar un documental que produje sobre pueblos originarios, un trabajo de casi un año de filmación que me hizo reflexionar sobre mis raíces como nunca. Esa noche estaba la embarrada en Santiago, caminé 4 horas en la obscuridad hasta llegar a mi casa y pude ver cómo la gente estaba unida para expresar su desilusión con Chile. Por lo que, Missing Pieces fue la única canción dentro de estas composiciones en inglés que alcancé a producir, y creo que se complementa con Macho. Está en nuestro instinto. Te pueden herir profundamente, pero debes recolectar tus piezas para seguir viviendo. Si tu misión es salvar a la humanidad con tu trabajo, hazlo.

¿Te identifican los conceptos apasionado, obsesivo, dedicado?

Totalmente, aunque no creo que sea sano. Apasionado siempre, sobre todo cuando logro conectar con equipos creativos que reman para un mismo lado y aportan con ideas que me dejan sorprendido. He conocido personas apasionadas y veo en ellas un amor tan indestructible que me excita. Obsesivo sí, creo que obsesionarse durante el proceso creativo te hace sentir tu imaginario más real de lo que verdaderamente es. Para estudiar focas quise enloquecer, pude entender y ver lo que faltaba, qué narrativa podría empoderarlas, lo mismo con mi música, cuando escribo sobre amor, intento pensar si es un amor en ejecución o un amor imposible y desde ahí, comienza a brotar algo muy distinto. En resumen, soy dedicado, pero a veces no siento que sea sano el nivel de dedicación. Estoy aprendiendo a superar cuando algo se atrasa o no sale como quiero, creo que eso es vital, y lo he aprendido porque siempre llevo mi pasión al límite. La frustración es la sombra de la pasión.

¿Crees que existe un romanticismo respecto a la paternidad? ¿Quieres ser padre?

Escucho y leo que ya nadie quiere tener hijos. Al mismo tiempo, a todos les cambia la vida cuando son madres y padres. Sabemos que vivimos en una sociedad mucho más compleja y diferente que antes, cuando todos empezaban a tener hijos desde joven. ¿Es romántico? Puede ser. Admito que me gustaría ser papá, ojalá entre los 30 y 35. Soy de esos que sí lo consideran, quizás lo logre o quizás no. Pensar en poder hacer fiestas temáticas o educar con un camino que me parezca correcto, me parece igual de intenso que el arte. Es una reflexión que he pensado estos últimos años. He sido un caos como hijo, pero sigo sorprendiéndome. Quiero ser papá.

¿Picho y Patricio se llevan bien o mal?

Se llevan mal solo cuando no respetan mi seudónimo. Me ha pasado muchas veces que en presentaciones de mis trabajos como cineasta, me cambian mi seudónimo a Patricio. Es frustrante porque quiero enlazar mi trabajo artístico a mi seudónimo, como especie de código. Pero se llevan excelente, porque Patricio es en parte, mi nombre ejecutivo, y Picho es lo que resulta de meses de trabajo. Lo que más me gusta del nombre Patricio es que tiene la misma cantidad de letras que la palabra libertad. Y Picho es fugaz, como un rayo.

¿Hay alguna relación entre la adicción y la locura?

Puede ser. ¿Quién realmente está cuerdo para llamarme o llamarte loco? Nadie está cuerdo. Todos fantaseamos e intentamos encajar. Artísticamente, uno suele construir personajes que van de la mano con una adicción como rasgo y lo llevan a enloquecer. Uno empuja a esos personajes porque son entretenidos. Son entretenidos porque son un espejo de nosotros. Hemos cometido locuras a causa de una adicción. No necesariamente tiene que ser drogas, pero igual, ¿quién realmente no está loco?

¿De dónde viene tu estilo musical?, ¿cuáles son tus referentes?

En mis canciones pasadas cuando no tenía tanto control sobre la producción, mandaba referentes según lo que me imaginaba cómo deberían sonar las piezas de una canción. Mis maquetas se acercaban al sonido, pero no eran brillantes. No conocía términos como “quiero un efecto bypass en esta parte”, así que mandaba fragmentos de otras canciones donde se escuchaban. Para Wanna Die Dancing quería algo electrónico, pero con sonidos de la época disco. Lo que más le pedí al productor era que pusiera interludios donde yo pudiera bailar libremente. Lo que me mostró en su estudio fue lo mejor que pudo haberme pasado en la vida. Lo primero que dije fue: ¿esto es mío? ¿esta es mi canción? Desde ese día decidí que hacer música es algo que quiero hacer por mucho tiempo más. El álbum que estoy produciendo ahora ha sido más entretenido, como estoy trabajando con diferentes productores musicales y músicos, cada uno de ellos posee una disciplina e imaginario distinto, ideas tan diversas que me producen euforia cuando trabajamos. La mayoría de las veces, escuchamos mis composiciones en piano y hablamos de lo que queremos producir con la letra y la música. Trabajar en equipo es lo mejor. Creo que mis referentes ahora ha sido mi imaginario, la narrativa, el personaje que quiero que viva a través de mi música. Lo único que se repite en la mayoría de mis canciones es que necesito que me hagan bailar de manera diferente. Hay canciones que me imagino bailando en la noche por la calle, y otras besándome con todo un grupo de personas en un hospital. Si, he disfrutado esta nueva manera de hacer música. Y sí, también he escrito guiones para establecer la atmosfera que espero impactar cuando termine este proyecto. ¡Estoy emocionado!

Escucharte es como “ok, estoy triste, enojado, pero estoy bailando”. ¿Esa es tu intención al componer?

Bailar me hace sentir libre. Cuando chico, el mejor momento del día era encerrarme en mi pieza, poner música fuerte y bailar o tirarme en la cama y moverme acostado. Era una rutina casi diaria. Bailar me hacía sentir bien conmigo mismo y todavía. De hecho, no disfruto mucho mis canciones cuando estoy sentado, porque empiezo a pensar en detalles. Sin embargo, cuando las bailo o practico, recuerdo por qué estoy haciendo música. Estar triste o enojado no es excusa para no empezar un buen baile. Bailar es la mejor sensación. Si no bailo me siento perdido.

Si tuvieras que elegir entre hacer películas o canciones, ¿con qué te quedas?, ¿por qué?

Me gustaría responder esta pregunta más adelante, después de haber estrenado mi álbum debut y cuando ya haya logrado producir o dirigir una película con recorrido en festivales.

¿Te has enamorado? ¿Cómo lo sentiste?

Si, es doloroso. Físicamente doloroso y emocionalmente doloroso.

¿Qué es para ti la sexualidad?

Es muy abstracto. Existe un concepto mundial sobre qué es la sexualidad. De lo que he recopilado, y por qué creo que es importante hablar de sexualidad y de sexo, es que siempre será confuso, porque todos tenemos vidas y gustos distintos. Cuando me empezaron a educar sobre sexualidad, todo era cómico, sobre todo los chistes que surgían. Pero ya después cuando quieres realmente explorarla, suceden cosas difíciles de explicar. ¿Cómo encontrar a alguien para tener sexo? Esa fue mi pregunta por mucho tiempo, y como no hablaba con nadie sobre sexualidad…creo que es importante que se hable de sexualidad porque uno comete errores. No sé a qué extremo, pero todo puede volverse turbio, solo por el hecho de que no tienes claro si estás haciendo algo bueno o malo. Hubo un momento donde quería tener sexo y lo fantaseaba, desde los 13 años. Y este impulso me hizo buscarlo de la manera más incorrecta posible, una etapa súper tóxica para un adolescente y no se lo deseo a nadie. Por ejemplo, dar tu número a cualquier persona, en esa época tu “MSN Messenger”, a quizás adultos depredadores, que feroz. Sin embargo, cuando tuve sexo por primera vez a los 15, en una relación, sentí que simplemente me faltaba eso: amor.

¿Cómo es el proceso de crear al tener una epifanía?, ¿hay alguna discusión interna en cuanto al formato en el que se va a materializar esta idea?

Me encanta esa parte. Es la que más se disfruta antes de lograr finalizar lo que estás haciendo. Si bien hice un bosquejo hace tiempo de las obras que quiero hacer, las epifanías van apareciendo en el camino. La mayoría de las veces, o son momentos intensos creativos o errores, obstáculos que debes superar. Es mucho trabajo. La mejor epifanía es cuando aparecen las palabras. Aparecen solas. Solas van armándose y ya después las vas corrigiendo con más lógica. Me ha pasado que durante la aventura de un trabajo, conozco personas que me invitan o incitan a realizar otros trabajos. A veces es difícil saber cuál es realmente una señal de lo que debes hacer. Me sorprende cuando conecto de la nada esas ideas, elegir su formato final para que se alinee correctamente. El documental que estamos exhibiendo ahora durante las actividades de la AIDS 2022 “La Ruta Migrante del Sida”, es un ejemplo de cómo las palabras aparecen solas. Ya colaboraba con Renpo (Red Nacional de Pueblos Originarios) y en 2020 durante la crisis de la pandemia, empecé a saber de historias sobre migrantes viviendo con VIH. Escribí en un papel un posible título “me gustaría hacer una película llamada La Ruta Migrante” ese año. Y no fue hace como 4 meses que surgió la oportunidad de documentarlo para exhibirlo en Chile y Canadá. A eso me refiero cuando las palabras se escriben solas y las epifanías son esos momentos que sientes electricidad de unirlas.

¿Qué mensaje quieres entregar con tus creaciones?, ¿es mera expresión o tiene algo que aportar?

Cada trabajo expresa un mensaje diferente. Es mi punto de vista de una situación y contexto en particular. Me gusta ponerme en un modo mental de que fui elegido para abrir mentes y salvar a la humanidad. Influye mucho sobre lo que uno quiere expresar. Quizás estoy haciendo todo mal y mi mensaje no es claro, pero es una batalla contra la incertidumbre.

¿Estás conforme?

Aún no. Aunque hay momentos en que sonrío en mi cama o tomo un vaso de champaña y pienso que todo se está sintiendo bien.

¿Cuáles son tus ambiciones u objetivos en tu carrera?

Armar un equipo de trabajo que funcione sin parar. Sin pausas, que sea sistemático.

¿Cómo te ves en 10 años más?

Quizás haciéndome mi primera cirugía plástica.

¿Qué opinas de las nuevas generaciones?, ¿y de las viejas?

Ambas me parecen interesantes y desafiantes. Las viejas demandan una conformidad y transformaciones no tan distantes de lo que ya existe. Pero las nuevas, son máquinas de la tecnología. Aprender a usar la tecnología es ampliar las posibilidades creativas, así que me gustan las dos. Transmuta un lenguaje que se adapta de la misma manera y a misma velocidad.

¿Qué te mueve o inspira?

Me mueve pensar que un concepto puede mutar y transformarse en una pieza de arte. Casi siempre es algo que me causa curiosidad por conocer más o presentar una alternativa a algún vacío. Trato siempre de iniciar desde un origen, puede ser la palabra luz, electricidad, sudor, o discriminación. Llevo ya 2 años produciendo un álbum de música, entonces como ya está todo escrito, todo lo que me ha pasado estos años siento que es influenciado por su imaginario. Ahora siento inspiración de reconectarme con mi amor por los mapaches, algo que ya reviví con las focas. A veces me mueve la idea de poder entretener a alguien, de hacer pensar algo cuando expongo a la gente mi trabajo. Me mueve la idea de pensar que siempre seremos prisioneros, porque nuestro corazón está atado en nuestros cuerpos. Lo libre es la sangre que fluye. Me mueve en estos momentos liberar con mi música y crear mundos con mi trabajo audiovisual.

Créditos:
Fotografías por @lentitudes
Entrevista curada por Manuel Velásquez

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